Apenas se ha aplanado la curva del Covid-19 y ya vemos un montón de análisis haciendo el paralelo con la crisis climática. Es comprensible. Sin embargo, hay al menos una diferencia esencial: podemos resolver la crisis climática sin perjudicarnos a nosotros mismos. Al contrario.
A pesar de la masiva miseria de la crisis ocasionada por el covid19, en las últimas semanas se han visto tres puntos de luz. El primero: la ciudadanía existe. Más rápido y más eficiente de lo que podríamos haber imaginado, los ciudadanos han comenzado a cambiar su comportamiento. Incluso si fue emocional o financieramente difícil. Parecemos ser masivamente capaces de no sólo pensar en nosotros mismos. O como el periodista Holandés Rutger Bregman observó: la mayoría de la gente es bondadosa. Qué alivio.
Segundo rayo de esperanza: ante una crisis sin precedentes, surge el liderazgo. Un gobierno que se deja aconsejar por expertos: ahora es posible. Las autoridades locales también trabajan duro para informar y apoyar a los ciudadanos.
Y el liderazgo económico también floreció. Las empresas, los bancos a la cabeza, se lanzaron a llevar alivio financiero a las familias y las empresas aplazando los pagos.
Este tándem de ciudadanía y liderazgo es exactamente lo que necesitamos para hacer frente a la crisis climática.
Establecer paralelismos nunca está exento de peligro, pero en el caso de la crisis del coronvirys y del clima es difícil ignorar las similitudes.
La crisis climática también es un problema de salud mundial. Sólo en Europa, los acontecimientos relacionados con el clima y el eventos climáticos extremos han causado 112.000 muertes adicionales desde 1990, según informa la OMS. La organización estima que podría haber 5 millones de muertes adicionales en todo el mundo entre 2030 y 2050. Los boletines de noticias rara vez alcanzan estas cifras.
Otra similitud: la ventana de tiempo en la que tenemos que actuar es limitada. Si no logramos reducir a la mitad las emisiones de CO2 cada década, grandes partes del planeta se volverán inhabitables, las economías serán destruidas y las sociedades se verán perturbadas.
La futuro será mejor
Las fuerzas se hundirían por menos. Pero el malentendido más grande es que la crisis climática va a exigir grandes sacrificios a los ciudadanos y las empresas. Este malentendido es a menudo alimentado por campañas bien intencionadas como la Hora del Planeta. Como si en el futuro tuviéramos que pasar nuestras tardes temblando alrededor de una linterna de petróleo. Afortunadamente no es así: el futuro será mejor y más cómodo.
Porque la transición asegura que su casa esté aislada. Que además ahorremos millones de euros al año mediante eficiencia energética. Que tengamos ciudades habitables en las que la bicicleta o el transporte público son la opción más segura y barata.
Nuestra vida diaria será mejor y nuestra economía más resistente, con trabajos climáticos que se quedarán aquí. De esta manera, la transición puede servir de palanca para abordar otros desafíos de la sociedad. Piensa en la desigualdad social. La transición ofrece una oportunidad para remodelar nuestra sociedad.
La aceleración es necesaria
Cerca de sus ciudadanos, las ciudades son la escala ideal para coordinar acciones. Un puñado de ciudades ya están trabajando. Pero una gran parte apenas ha comenzado. A partir de la orientación de 130 municipios en la aplicación de su plan climático, aprendimos que a menudo se enfrentan a los mismos problemas. El funcionario designado para el medio ambiente o la sostenibilidad está por su cuenta. No hay presupuesto o tiempo disponible. Muchas ciudades, empresas intermunicipales, provincias y regiones trabajan codo con codo para reinventar la rueda en forma de estudios, informes y monitoreo. El conocimiento necesario para tomar medidas está fragmentado. De esta manera, perdemos tiempo valioso.
El liderazgo y el sentido de la ciudadanía que hemos visto en las últimas semanas demuestran que nosotros, como sociedad, tenemos los ingredientes necesarios para hacer frente a la crisis climática después del covid19. Entonces, ¡hagámoslo!